La hora del cuento diaria con sus profesores les sumerge en un mundo de aventuras, descubrimientos y emociones, mientras que la hora de lectura independiente fomenta la exploración autónoma. Observa cómo refuerzan su confianza aprendiendo a comunicarse, hablar y deletrear, lo que les da la autoestima y la resistencia necesarias para intentar nuevos retos.